¿Has pensado que tú puedes tomar el control mejor de lo que Dios parece no tenerlo? Sí señorrr!! diría un anuncio publicitario, muy conocido. Es apenas lógico darnos cuenta de que, desde la caída del hombre, en su creación, ya se concebía la idea de "Yo puedo solo", y buscar la manera de que Dios no interviniera en nuestros asuntos.
La siguiente historia se nos relata en Jueces, aunque esta historia tiene otros hechos importantes, nos centraremos en la siguiente situación en el momento que ya estaban conformadas las 12 tribus y estaban establecidos en las tierras que fueron prometidas por Dios. Recordemos que allí narra la historia del levita que tenía una concubina y que, al llegar a tierras de la tribu de Benjamín, fue ultrajada hasta la muerte, para luego el levita entregar sus partes a todo el territorio de Israel, con el fin de que todos conocieran que le había ocurrido a la concubina e hicieran justicia. Por lo tanto, el pueblo de Israel se estremeció con la noticia y se prepararon para atacar la ciudad de Guibeá de la tribu de Benjamín, teniendo en cuenta el relato del levita. Jueces 20: 12 "Mandaron mensajeros por todo el territorio de la tribu de Benjamín, para decirles: «¿Qué crimen es éste que han cometido algunos de ustedes?". En consecuencia, Israel se dispuso a atacarlos con todo su ejército, pues querían hacer justicia y tomar el control por su propia mano.
Es nuestra decisión poner ante el Señor cualquier situación y entregarnos a Él para que nos guíe a cumplir Su propósito, sin embargo, el pueblo de Israel parece haber olvidado este principio Salmos 143:8 "Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma" y cree que su decisión es acertada y puede eliminar a todo hermano de la tribu de Benjamín y confía en que está actuando bien ante los ojos de Dios. Entonces reciben una gran sorpresa, siendo en menor número los soldados de la tribu de Benjamín, logran derrotar a los otros Israelitas en dos oportunidades.
Algunas veces decidimos en nuestra propia prudencia hacer las cosas como mejor nos parece y en ocasiones consideramos que es justo hacer justicia, pero nos desviamos en nuestras motivaciones internas y olvidamos ir a la presencia de Dios para exponer la situación y permitir que Su Espíritu nos enseña el camino a seguir. En esta parte de la historia Israel logra reconocer que no tenía el respaldo de Dios y regresan ante Su presencia, Jueces 20: 26 "Entonces todos los soldados de Israel y todo el pueblo fueron nuevamente a Betel, a lamentarse delante del Señor. Todo el día se lo pasaron sin comer, y le ofrecieron al Señor holocaustos y sacrificios de reconciliación." luego de esto, logra tener la victoria sobre la tribu de Benjamín, sin embargo, no era un logro para celebrar, pues faltaba su hermano y ahora parecían ser sólo 11 tribus.
Dios no necesita de nuestra ayuda, pero nosotros sí necesitamos de su ayuda. Es nuestro compromiso reconocer que es Dios quien nos sustenta, Él es quien nos guía y nos da Su llamado, sus planes son perfectos y perfecciona los nuestros. Guarda en tu corazón Su Palabra y tu camino será firme Proverbios 3: 4-5 "Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto."
Escrito por Marcela Gómez, Psicóloga.
Saludables Espiritualmente.
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